Cuando algo o alguien nos hiere profundamente, una vez que el dolor se hace parte de nosotros y nos acostumbramos a él, algo nuevo dentro nuestro comienza a crearse… tal vez al principio no podamos definirlo… no sepamos reconocer de que se trata pero si podemos darnos cuenta de que no es nada bueno… es un monstruo horrible que se alimenta de nuestros sentimientos más oscuros… odio, dolor, bronca, enojo, rabia, resentimiento, rencor, tristeza, violencia e incluso enfermedad…
Ese engendro interior irá creciendo a pasos agigantados y si lo dejamos tomar el poder, se volverá tan fuerte, que será indestructible y que inevitablemente nos llevará a la muerte… no a la muerte definitiva, si no a una más pequeña… la muerte de nuestro ser… nuestra esencia…de nosotros mismos… ya no podremos reconocernos… perderemos todo lo que somos, todo lo que alguna vez fuimos y todo lo que siempre deseamos ser… No nos lastimaremos solo a nosotros mismos, sino a quienes tengamos a nuestro alrededor, a quienes queremos y nos quieren…
No dejemos que una herida, un dolor, por más fuerte o terrible que sea, se convierta en una monstruosidad y termine destruyéndonos para siempre… Ninguna vida está totalmente libre de sufrimiento y tristeza, pero el secreto seria aprender a convivir con ellos en lugar de combatirlos… no nos autodestruyamos.
Esta entidad siniestra y destructiva solo puede alimentarse de dolor, cualquier sentimiento positivo la irá desvaneciendo. Si tomamos consciencia de que es este su punto débil, podremos debilitarla, hasta hacerla desaparecer…
Será cuestión entonces
… de empezar a descubrir la alegría en las pequeñas cosas de la vida…
…de intentar dejar el pasado atrás, vivir en el presente, presentes para ir encontrando de a poco nuestra fuerza interior…
…de dejar ir aquellas cosas que nos hicieron daño, dejando así espacio para que entren cosas nuevas que nos hagan felices…
… de dejar que la luz se filtre para iluminar nuestro interior y para hacer que nuestra propia luz se haga más y más fuerte…
….de intentar simplemente ser felices….
Ese engendro interior irá creciendo a pasos agigantados y si lo dejamos tomar el poder, se volverá tan fuerte, que será indestructible y que inevitablemente nos llevará a la muerte… no a la muerte definitiva, si no a una más pequeña… la muerte de nuestro ser… nuestra esencia…de nosotros mismos… ya no podremos reconocernos… perderemos todo lo que somos, todo lo que alguna vez fuimos y todo lo que siempre deseamos ser… No nos lastimaremos solo a nosotros mismos, sino a quienes tengamos a nuestro alrededor, a quienes queremos y nos quieren…
No dejemos que una herida, un dolor, por más fuerte o terrible que sea, se convierta en una monstruosidad y termine destruyéndonos para siempre… Ninguna vida está totalmente libre de sufrimiento y tristeza, pero el secreto seria aprender a convivir con ellos en lugar de combatirlos… no nos autodestruyamos.
Esta entidad siniestra y destructiva solo puede alimentarse de dolor, cualquier sentimiento positivo la irá desvaneciendo. Si tomamos consciencia de que es este su punto débil, podremos debilitarla, hasta hacerla desaparecer…
Será cuestión entonces
… de empezar a descubrir la alegría en las pequeñas cosas de la vida…
…de intentar dejar el pasado atrás, vivir en el presente, presentes para ir encontrando de a poco nuestra fuerza interior…
…de dejar ir aquellas cosas que nos hicieron daño, dejando así espacio para que entren cosas nuevas que nos hagan felices…
… de dejar que la luz se filtre para iluminar nuestro interior y para hacer que nuestra propia luz se haga más y más fuerte…
….de intentar simplemente ser felices….
yo.
1 comentarios:
Gracias por estas palabras, estoy en camino a ello, muchas gracias
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