-"SE PARECE A MÍ"


Sogyal Rinpoché, en "El libro tibetano de la vida y la muerte" (Ediciones Urano. Barcelona, 2006. Pág. 103-105), alude repetidamente a la figura de Padmasambhava. En su exposición sobre algunas técnicas de meditación, se refiere a la imagen de Padmasambhava en el monasterio de Samye como uno de esos soportes para la práctica que resultan de mayor beneficio. Dice así:

"Muchas personas han descubierto una especial afinidad con la fotografía de la estatua de Padmasambhava llamada "Se parece a mí". Se trata de una estatua hecha del natural en el siglo VIII en Tibet y bendecida por él mismo. Fue él quien, gracias al enorme poder de su realización espiritual, estableció las enseñanzas del Budha en el Tíbet. Los tibetanos lo conocen como el "segundo Budha" y lo llaman afectuosamente "Gurú Rinpoché", que significa "Maestro Precioso". Dilgo Khyentse Rinpoché dijo: "Ha habido una gran número de extraordinarios e incomparables maestros en la noble tierra de India y Tíbet, el País de las Nieves; sin embargo, de entre todos ellos, el que ofrece mayor compasión y bendiciones para todos los seres en esta época difícil es Padmasambhava, al encarnar la compasión y la sabiduría de todos los Budhas. Una de sus cualidades es la de poder conceder sus bendiciones instantáneamente a quienquiera le dirija sus oraciones y, sea cual sea el motivo de la oración, de colmar inmediatamente todos nuestros deseos."
Inspirados por esto, colocad una reproducción de esta fotografía a la altura de vuestros ojos y posad ligeramente vuestra atención en su rostro, en especial en su mirada. Hay una profunda quietud en la inmediatez de esta mirada, que parece saltar de la fotografía para transportarnos a un estado de conciencia clara, libre de todo aferramiento: el estado de la meditación. A continuación, dejad vuestra mente tranquila y en paz, en la presencia de Padmasambhava." Se dice que Padmasambhava, al ver esta estatua en el monasterio de Samye, lugar donde había sido hecha, dijo: "Se parece a mí." La bendijo a continuación y entonces añadió: "¡Ahora es idéntica a mí!." (en la página 104 de la obra citada arriba)

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